Dialogamos con el Vicepresidente 3º de FECOBA y Presidente de la Cámara de Empresas de Mensajería por Moto y Afines de la República Argentina (CEMMARA), Mario Dante Oriente, acerca de su experiencia en el Cruce Sanmartiniano, una iniciativa que impulsa la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y de la cual participan dirigentes gremiales de todo el país. La travesía recrea los pasos de una de las columnas del Ejército del General San Martín durante la gesta libertadora de 1817.
¿Qué te dejó tu participación en el Cruce Sanmartiniano de la CAME, tanto en materia dirigencial como a nivel personal?
M.O. Ante todo, la Toma de consciencia acerca de la importancia del liderazgo y de la motivación positiva de un grupo. Desde mi visión, el viaje en sí está enfocado en estos conceptos y para nosotros, como dirigentes, es muy importante participar de desafíos como éste. Vivir en carne propia la importancia de la gesta Sanmartiniana, poder realizar el mismo recorrido del líder más grande de nuestra historia y revivir la mayor epopeya de la historia argentina, es algo que quedará grabado en la memoria de quienes participamos del Cruce, por siempre.
Para liderar a todo un pueblo, convencer y motivar a soldados, baqueanos, indios y mujeres, y luchar para liberar otro país cuando además, para consagrar ese objetivo, hay que atravesar montañas de más de 5 mil metros de altura pasando hambre y/o fríos extremos, hay que ser un líder nato. Hay que infundir valentía, coraje, confianza e ideales. A través de esta experiencia, los dirigentes aprendemos a adaptarnos a diferentes circunstancias. A trabajar en equipo, con el respeto como más alto valor y sin que medien conflictos o discusiones. Sabemos que debemos apoyarnos, mantenernos unidos y trabajar en equipo.
Los dirigentes que participan del cruce provienen de diferentes puntos del país y representan diversas entidades gremiales. ¿En ese contexto, la experiencia les permitió intercambiar puntos de vista y conocer la realidad de otros pares?
M.O.: Sí, definitivamente. En el viaje cada uno pudo exponer la realidad de su ciudad/provincia y por supuesto, de su entidad. Profundizamos mucho en el diálogo productivo sobre la situación que atraviesa el país. Todas las provincias poseen diferentes características y, por lo tanto, también son diferentes las necesidades y realidades de las cámaras y asociaciones. Creo que como líder, es primordial poder expresarnos ante nuestros pares y poder transmitir nuestros objetivos y aquello que como dirigentes proyectamos.
Destaco especialmente de esta experiencia que posibilitó un mix entre dirigentes jóvenes y dirigentes adultos, que prevaleció la igualdad entre hombres y mujeres, y que hubo un muy positivo intercambio de opiniones. Se expusieron visiones muy diferentes, pero siempre a partir del respeto por el otro y el trabajo en equipo. Hubo un intercambio a nivel generacional, pusimos en la mesa esa “obstinación” de los dirigentes mayores de seguir ocupando cargos y la urgencia que sienten los jóvenes por abrirse camino y participar activamente. Llegamos a la conclusión que ambas posiciones son válidas y que por eso, los dirigentes adultos deben saber formar nuevos líderes y trabajar en ello, y los jóvenes deben, más allá de sus habilidades y energía, saber valorar la experiencia de los mayores.
¿Qué consideras que pueden llevarse de esta experiencia los directivos de FECOBA que se animen en un futuro a participar del Cruce Sanmartiniano?
M.O. Lo más valioso de esta experiencia es que nos permite forjar un sólido vínculo con nuestros pares, conocer otras realidades y nutrirnos de sus experiencias, tal como mencioné antes. Pero además, es fundamental tomar consciencia de lo que implica salir de la comodidad cotidiana y de nuestra “zona de confort”, porque a veces, para poder apreciar y valorar realmente lo que tenemos, necesitamos carecer de ello.
FECOBA necesita dirigentes que se animen a desafiarse a sí mismos y que deseen atravesar este tipo de vivencias, porque son momentos que contribuyen a fortalecernos para luego afrontar cualquier tipo de circunstancia sin bajar los brazos, consolidando así nuestro liderazgo.
Previo a cerrar esta breve entrevista, nos gustaría darte la libertad de compartir libremente alguna anécdota o recuerdo que conserves de esta inolvidable experiencia.
M.O.: Recuerdo que dentro de la delegación del Cruce había un joven, Alejandro Cadus de la Federación de Entidades Empresarias de Río Negro (FEERN), que además de dirigente, es chef. Él lideró al grupo de 27 expedicionarios para que preparáramos una de las últimas comidas del viaje y nos motivó a trabajar en equipo. Cocinamos todos juntos y consolidamos lo vivenciado a lo largo de esta experiencia. Sentimos una verdadera unión y advertimos el sincero apoyo del otro. Logramos fortalecernos desde lo individual pero, sobre todo, entendimos la importancia de lo que habitualmente se dice, pero no siempre se lleva a la práctica: El trabajo en equipo es realmente necesario y cuando potenciamos nuestras habilidades y trabajamos unidos, somos mucho más fuertes. Y además, compartir la felicidad por los logros obtenidos con el equipo que nos ayudó a llegar a nuestra meta o a alcanzar nuestro objetivo, es muy emocionante.
En lo personal, me siento muy feliz de haber participado del Cruce y de haber representado a FECOBA, junto a Ricardo Gonzalez de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF) y al tesorero de la entidad que presido, CEMMARA, Silvio Sánchez.
Fue muy gratificante haber visto flameando en lo alto nuestra querida bandera de FECOBA y haber podido registrar todo con mi cámara de fotos. Durante el viaje además, cumplí años, y momentos como ese, tan personales y emotivos, fomentan enormemente la unión de un grupo. Fue movilizante y muy conmovedor, y es un recuerdo que conservaré siempre. Nos hermanamos como grupo, de corazón, y cada uno tuvo su momento para expresarse y agradecer sinceramente lo vivenciado y aprehendido.
*Esta entrevista fue realizada en la sede de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FECOBA), el 20 de febrero de 2020.