La Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FECOBA) comparte con sus entidades asociadas el “Semáforo de la Indumentaria” que elabora mensualmente la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), en esta ocasión, correspondiente al corriente mes de agosto.
El reciente informe indica que los precios de la ropa subieron en este último periodo de pandemia debido a la imposibilidad de fabricar durante varios meses, la escasez mundial de materias primas, a las subas de los precios internacionales del algodón, polyester y nylon y al incremento de los costos fijos medios por el derrumbe del mercado y por el traslado del personal (dada la imposibilidad de usar el transporte público).
En paralelo, el aislamiento provocó cambios en la metodología del INDEC para relevar precios de la ropa, lo que llevó a una sobreestimación de la inflación del sector. En abril, los precios de la ropa subieron 20 puntos porcentuales más para el INDEC que para los diez institutos de estadísticas provinciales que también relevan indumentaria.
Un dato significativo es que, entre abril y junio, la inflación de la ropa acortó más de la mitad de la diferencia que existía con el nivel general. Prevemos que esta dinámica se profundice con la publicación del índice de julio, debido al efecto de las promociones por el inicio del fin de la temporada otoño invierno.
La pandemia del COVID-19 provocó fuertes presiones de costos en el mercado de indumentaria argentina. Durante los primeros meses de 2020, las fábricas de insumos textiles y de indumentaria de China estuvieron sin operar lo que provocó escasez a nivel global. Esta dinámica se vio agravada por la virtual paralización del transporte marítimo durante los primeros meses de la pandemia. Superado los peores meses de aislamiento (marzo, abril y mayo), el mercado fue paulatinamente recuperándose, lo que llevó a una fuerte suba de los precios internacionales de las materias primas textiles. Sólo a modo de ejemplo, entre mayo de 2020 y febrero de 2021, el precio internacional de la fibra de algodón subió 65,6% en dólares, sumado al aumento de 31% de la cotización del dólar oficial en Argentina en el mismo período.
Cabe advertir que la inflación de la indumentaria también resulta heterogénea según el tipo de segmento de comercialización: el segmento formal aumentó menos los precios que el informal. En efecto, un reciente relevamiento de la CIAI entre sus empresas socias indica que la variación de precios promedio para la próxima temporada de verano del segmento formal se ubica en 44,9% interanual respecto a la temporada anterior. En contraste, diversos factores asociados a la pandemia del COVID-19 impactaron especialmente en la ropa fabricada y comercializada en los segmentos informales. Entre ellos se destacan: i) la formalización impositiva de una gran cantidad de operaciones debido a la digitalización de las ventas y de los pagos; ii) las comisiones de las billeteras virtuales (alrededor de 4%), que ganaron participación como modalidad de pago; iii) las comisiones de los sitios de venta online; iv) los fletes y las encomiendas.
En adelante, los precios de la indumentaria continuarían su convergencia con el resto de los precios de la economía. Algo similar ocurre para la medición del INDEC: en la medida que pasen los meses y se replique la nueva metodología, los sesgos asociados al cambio de canastas tenderían a desaparecer y la medición del INDEC convergería con la del resto de los institutos de estadísticas provinciales.
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